lunes, 3 de mayo de 2010

PRACTICO Nº 5 - TEJIDO ÓSEO

TEJIDO CONJUNTIVO ÓSEO

Este tejido representa la parte más importante del esqueleto. Es un tejido único y especial en cuanto que combina la dureza, la fortaleza, cierta elasticidad, así como poco peso. Es una forma especializada del tejido conectivo denso, donde los componentes extracelulares sufren un proceso de mineralización, lo que le confiere la dureza.

Permite la inserción de músculos, soporta el peso corporal y en cierta medida permite oponerse a la fuerza de gravedad, al tiempo que permite la protección de órganos como el cerebro, la médula espinal, los órganos del tórax o los de la pelvis.
Macroscópicamente se organiza de dos formas en el hueso, por un lado tenemos el tejido óseo esponjoso compuesto por fina láminas organizadas, o trabéculas, que se cruzan en todas las direcciones, formando así una malla ósea en todas las direcciones, cuyos espacios se intercomunican entre sí, donde se aloja la médula ósea.
La otra variedad el tejido óseo compacto forma una masa compacta, sin espacios huecos visibles. Un ejemplo claro de esto lo podemos diferenciar en la porción diafisaria de los huesos largos, o en la superficie de las epífisis. En el centro de la diáfisis encontramos un espacio de forma tubular que se comunica con las cavidades de las epífisis, o extremos de los huesos largos.
Las superficies articulares están aquí recubiertas por una capa de cartílago hialino, que representa la porción de cartílago articular. Durante la etapa de crecimiento encontra-mos interpuesta una zona de crecimiento donde describimos al cartílago metafisario o cartílago de crecimiento.
La superficie de los huesos aparte del cartílago articular se encuentran recubiertos por un conectivo denso el periostio, mientras que las cavidades medulares se encuentran recubiertas por un conectivo rico en células el endostio; tanto el periostio como el endostio, tienen células con capacidad osteoprogenitora.
En los huesos planos podemos describir dos capas de hueso compacto la tabla externa e interna, separadas por una capa de hueso compacto el diploe.
El método para realizar preparados óseos, presenta las dificultades propias de una matriz mineralizada, por lo que se recurre a cortar por medio de una sierra un disco óseo y proceder a lijarlo o desgastarlo al punto de que tan fino llega ser que permite el pasaje de la luz en la microscopía óptica. Otro método puede ser tratar la pieza con ácidos o agentes quelantes, que disminuyan la cantidad de mineral en la matriz y luego teñirlo en la forma tradicional.
Un preparado de “hueso seco”, se caracteriza por haber sido realizado por el método de desgaste y por no presentar partes blandas (células o vasos o cualquier tejido blando), así como ningún tipo de tinción. En él describimos una sustancia intercelular o matriz ósea, dispuesta en forma de capas o laminillas concéntricas, rodeando un canal longitudinal denominado conducto de Havers, por lo que el conjunto forma un sistema funcional llamado “sistema Haversiano u OSTEONA”. En cada conducto se encuentran uno o dos capilares así como fibras amielínicas. Cada osteona tiene entre 8 o 15 laminillas concéntricas en un corte transversal. En cada laminilla las fibras se disponen en forma paralela a la laminilla individualmente, pero con diferente orientación en las laminillas vecinas. Aparte de los sistemas haversianos podemos describir los sistemas intersticiales, que se observan como zonas irregulares, restos de sistemas ya remodelados. Las células residentes del tejido óseo, los osteocitos, se encuentran en cavidades llamadas osteoplastos, de los que se desprenden perpendicularmente un sistema de canalículos, por donde se proyectan las prolongaciones de los osteocitos, que permiten el pasaje de los nutrientes desde el espacio vascular. Inmediatamente por debajo del periostio y el endostio, encontramos las láminas basales externas e internas, que corren paralelas a la diáfisis. Las líneas de cemento conformas el sistema de laminillas más periférico de una osteona, que la delimita claramente.

Existe otro sistema canalicular el conducto de Volkmann, que permite la interconexión de los conductos de Havers con la superficie externa e interna del hueso.

PERIOSTIO

En el período de crecimiento del hueso se compone de una capa interna de conectivo laxo, ricamente vascularizado, en el que encontramos células formadoras de hueso u osteoblastos, en contacto directo con el hueso. Finalizado el período de crecimiento, los osteoblastos se transforman en células osteoprogenitoras, osteogénicamente inactivas y similares en su aspecto con las células del conectivo. En caso de fractura estas células se activan, pasando a ser nuevamente osteoblastos, que forman nuevamente tejido óseo para reparar la fractura. La capa externa del periostio es un conectivo denso, con menor número de vasos sanguíneos, pero de mayor calibre, que se ramifican hacia los conductos de Volkmann. Fibras de colágeno se extienden desde ésta capa hacia la profundidad del hueso, y constituyen las Fibras de Sharpey, que ligan al periostio con el hueso. El endostio es más fino, se compone de una única capa de células aplanadas, con potencial osteogénico también.

MATRIZ ÓSEA

Esta matriz intercelular es un complejo de matriz orgánica y sales inorgánicas.

a- Matriz orgánica: está formada por fibras de colágeno inmersas en sustancia fundamental. La matriz ósea es acidófila.
b- Sustancia fundamental: el análisis bioquímico, demuestra que tiene un componente importante de glúcidos, sialoproteínas, proteoglicanos, condroitín sulfato, pero poco ácido hialurónico.
c- Colágeno: presenta la misma estructura molecular que en cualquier variedad de conectivo.
d- Sales minerales: el componente inorgánico en el tejido óseo adulto, representa el 75% del peso seco, siendo un depósito de fosfato de calcio cristalizado, CaPO4 , los cristales tienen la forma de finas varas de 3 a 6nm de grosor y 60nm de longitud, con una dispersión regular y en estrecha relación con las fibras de colágeno. Existen otros minerales asociados como Mg, K, Na, CO3, y citrato. Aparentemente los iones son adsorbidos, pero también hay otros iones que pueden ser adsorbidos como el Pb, Au, o metales pesados, así como varios producto radioactivos como el estroncio o el plutonio, que pueden liberarse como productos de un accidente en un reactor, que al ser ingeridos o inhalados se depositan en el hueso, generando un sarcoma osteogénico y agranulocitosis.

CÉLULAS ÓSEAS

Podemos señalar cuatro tipos de células óseas.

a- Osteoprogenitora: o células madre óseas, son relativamente indiferenciadas, con carácter de fibroblastos, que persisten tras el nacimiento. Presentan núcleo ovalado, claro, con un citoplasma claro e irregular. Se encuentran en el mesénquima del feto cerca de los centros de osificación, en el endostio y en la capa profunda del periostio, tras el nacimiento. Durante la formación del hueso, sufren división y evolucionan a osteoblasto. Las células osteoprogenitoras derivan de las células de aspecto fibroblasto, mientras que los osteoclastos se derivan de los monocitos o de los macrófagos.

b- Osteoblasto: son células formadoras de hueso, sintetizan y secretan matriz ósea. En las zonas de formación ósea, se ven los osteoblastos como una capa de células cilíndricas bajas, semejantes a un epitelio. Parecen estar en contacto entre sí por medio de prolongaciones cortas y finas. El núcleo en general está en la parte de la célula más alejada del hueso recién formado. El citoplasma tiene cantidades importantes de fosfatasa alcalina, demostrable por medio histoquímico. Cuando cesa la actividad osteogénica, los osteoblastos vuelven a la inactividad como osteprogenitoras y disminuye la cantidad de fosfatasa alcalina.

c- Osteocitos: es la verdadera célula ósea. Por medio de las prolongaciones que se introducen en los canalículos, y es por medio de ellas que los osteocitos están en contacto entre sí. Los osteocitos se derivan de osteoblastos que quedan encerrados en matriz ósea. La transformación se caracteriza por una degradación paulatina del retículo endoplasmático rugoso y del Golgi, sin embargo los osteocitos siguen siendo metabólicamente activos, ya que son capaces de la osteolisis osteocítica, es decir de la degradación de la matriz ósea en la cercanía de la célula. Esto lleva a reabsorción del mineral óseo, lo que es importante en la regulación del Ca. La osteolisis es estimulada por la hormona Paratiroidea, e inhibida por la Calcitonina.

d- Osteoclastos: son las células que verdaderamente degradan hueso. Son gigantes multinucleadas de formas y tamaño variado. En general se observan de 5 a 10 núcleos, su aspecto es uniforme, el citoplasma es ligeramente basófilo, aunque luego se vuelve francamente acidófilo. A menudo se encuentran ubicados en espacios llamados lagunas de Howship, lo que llevó a considerarlos la célula degradadora de hueso. En la superficie de un tejido óseo en reabsorción, vemos una especie de borde fruncido, entre cuyos pliegues se observa cristales del mineral. Se ha visto que el osteoclasto segrega lisozimas que degradan el colágeno. La aplicación de calcitonina produce la eliminación del borde fruncido

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