martes, 6 de abril de 2010

EL SER HUMANO COMO SISTEMA

EL SER HUMANO DESDE LA TEORÍA DE SISTEMAS

“ Es un organismo vivo que se comporta como un sistema complejo, abierto (hacia fuera como hacia adentro) y dinámico que es capaz de relacionarse con el medio ambiente, adaptarse, autorregularse y auto-programarse ( nadie tiene libertad absoluta pero tenemos algunas libertades escogidas”

SISTEMA: Es un conjunto de elementos organizados, de forma que existe algún tipo de interdependencia entre ellos asegurando un resultado común.

“la visión del mundo derivada de la física moderna es incoherente con nuestra sociedad actual, que no refleja la interrelación armoniosa que observamos en la Naturaleza”. Para conectar los cambios conceptuales en la ciencia con el profundo cambio en la cosmovisión y en los valores de la sociedad, tuve que ir más allá de la física y buscar un marco conceptual más amplio. Entonces, me di cuenta de que las cuestiones sociales principales –salud, educación, derechos humanos, justicia social, poder político, protección del medioambiente, gestión empresarial, economía, etc.- todas tenían que ver con los sistemas vivos: con los seres humanos individuales, con los sistemas sociales y con los ecosistemas. A partir de esta comprensión, mi interés investigador cambió y, a mediados de los 80, abandoné las investigaciones en la física de partículas (Fritjof Capr[i]).

El desarrollo de la dinámica no-lineal, conocida popularmente como teoría de la complejidad, en los años 70 y 80 marcan un cambio en la comprensión de los sistemas vivos. Los conceptos clave de este nuevo lenguaje –caos, atractores, fractales, bifurcaciones, etc- no existían hace 25 años. Ahora sabemos qué tipo de preguntas hacer cuando tratamos con sistemas no lineales. Esto ha producido algunos descubrimientos significativos en nuestra comprensión de la vida.

La ecología es intrínsecamente multidisciplinar porque los ecosistemas conectan el mundo vivo con el inorgánico. La ecología, por tanto, no es propia sólo de la biología, sino también de otras muchas ciencias, incluyendo la termodinámica y otras ramas de la física.
El flujo energético, en particular, es un importante principio de la ecología, y el desafío de pasar de utilizar combustibles fósiles a fuentes de energías renovables es un campo en el que los físicos pueden hacer contribuciones muy significativas. No es casual que uno de los mayores expertos mundiales en energía, Amory Lovins, director del Rocky Mountain Institute, sea un físico.
En los organismos vivos, las relaciones de interacción entre sus componentes y el continuo intercambio al que están sujetos con el medio, definen su carácter no lineal, lo cual

genera la aparición de cualidades emergentes que no se explican tomando en cuenta las propiedades de cada una de sus partes. Estas cualidades solo pueden ser determinadas en

el patrón de organización, o sea, a partir de la visión del sistema como un todo, por lo cual la estrategia cartesiana que hasta el siglo pasado había imperado en la ciencia y requería la

división en cada una de las partes para su análisis y medición cuantitativa, devenía obsoleta para estudiar el fenómeno cualitativo resultante de las funciones de red sistémicas aparecidas en estos sistemas alejados del equilibrio termodinámico.
La autoorganización en tales sistemas constituye una característica fundamental que resulta de la capacidad de flexibilidad autorreguladora otorgada por las relaciones de interdependencia de sus partes ante las perturbaciones externas e iteraciones de retroalimentación propias, las cuales propician que cualquier situación (favorable o no) se extienda por toda la red y retorne a su origen a lo largo de cadenas de bucles de retroalimentación, de modo que el sistema aprenderá y se regulará a sí mismo ante las diferentes circunstancias.

Esta aparición espontánea de orden por las regulaciones resultantes de las retroalimentaciones recibe el nombre de autoorganización.

En los sistemas dinámicos complejos, así como ocurre en los sistemas vivos, la autoorganización se define por 3 características básicas:

· Interconexión no lineal entre los componentes del sistema

· Alejada del equilibrio termodinámico

· Creación de nuevos componentes y modos de conducción durante el intercambio

Al concepto de autoorganización hay que añadir el de estabilidad de la red, el cual indica la potencialidad del sistema para automantenerse en determinados estados por un tiempo específico, como sucede por ejemplo con el cauce de un río cuando le lanzamos una piedra, pues como el río es un sistema caótico, el cauce no se ve afectado; pero si las moléculas de agua siguieran un curso altamente ordenado, la simple caída de una piedra a ella modificaría de forma tal el cauce, que este cambiaría radicalmente.

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Fuente: Pichín Quesada M de J, Fariñas Salas AO, Miyares Quintana SM Los sistemas vivos y las ciencias de las complejidades. Relación entre soma y red biológica [artículo en línea]. MEDISAN 004;8(3). [consulta: fecha de acceso].



[i] La ciencia física es la base de una vida sostenible, entrevista realizada por Beatrice Bressan es física y divulgadora científica del Centro Europeo de Investigación Nuclear CERN.)



EL SER HUMANO COMO SISTEMA

En las Ciencias de la Complejidad encontramos una terminología que no es exactamente la que utilizamos en nuestra diaria comunicación: nos referimos a la autopoiesis.

En 1971 los científicos Chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela propusieron el término Autopoiesis, (del griego αυτο-, auto, "sí mismo", y ποιησις, poiesis, "creación" o "producción"), para referirse a la “organización de los seres vivos”.

“Según Maturana y Varela son autopoiéticos los sistemas que presentan una red de procesos u operaciones (que lo define como tal y lo hace distinguible de los demás sistemas), y que pueden crear o destruir elementos del mismo sistema, como respuesta a las perturbaciones del medio. Aunque el sistema cambie estructuralmente, dicha red permanece invariante durante toda su existencia, manteniendo la identidad de este. Los seres vivos son sistemas autopoiéticos y que están vivos sólo mientras están en autopoiesis”.

Según Maturana, ser vivo y “sistema autopoiético molecular” son lo mismo. Las células son sistemas autopoiéticos de primer orden. A los sistemas sociales él los define como sistemas autopoiéticos de tercer orden. A los organismos como el humano los designa como sistemas autopoiéticos de segundo orden, en tanto están constituidos como agregados celulares. “Los seres vivos son redes de producciones moleculares en las que las moléculas producidas generan con sus interacciones la misma red que las produce”. Maturana: Transformación en la convivencia (1999).

Maturana afirma que la autopoiesis es la propiedad básica de los seres vivos, que son sistemas determinados en su estructura, cuando algo exterior incide en ellos, los efectos dependerán de su estructura en ese momento de su existencia y no del estímulo externo. También para este autor los seres vivos son autónomos, son autoreferentes y actúan como sistemas cerrados en producción continua de sí mismos. Estos sistemas, tal como la célula y los seres vivos mantienen la unión de sus partes y la interacción entre las mismas. Aunque están en un proceso continuo de transformación mantienen su identidad gracias a la auto reproducción de sus componentes. Como antes se dijo son sistemas cerrados en forma operacional, para distinguirse del entorno, pero abiertos al medio porque intercambian energía.

A esta propiedad autoreferencial por la que los sistemas autopoiéticos luchan por mantener su identidad, subordinando todos los cambios a ella, en patrones circulares de interacción, algunas veces se le ha llamado como “la culebra mordiéndose su cola”.

Sistemas con estructuras diferentes pueden interaccionar en lo que es llamado “Acoplamiento estructural”. Cuando esta interacción es mantenida a lo largo del tiempo, se alcanza un nivel de coherencia y se produce una Coevolución entre ambos sistemas complejos.

En su libro The Hidden Connections (2002), Fritjof Capra expone importantes conceptos relativos a la Autopoiesis, que ha sido identificada por Maturana y Varela como la característica clave de la vida. Los límites físicos y la red metabólica son las dos características de la vida celular combinadas en este concepto.

Los límites físicos de un sistema de este tipo difieren químicamente del resto del sistema. Mediante el criterio de la autopoiesis podemos distinguir en forma clara entre sistemas vivos y no vivos. Por ejemplo, un virus no puede llamarse autopoiético, pues necesita a la célula para reproducirse. Igual puede decirse de un robot que ensambla otros robots con partes construidas por otras máquinas. Los sistemas vivos son sistemas cerrados organizacionalmente, pero abiertos material y energéticamente, precisan de un flujo continuo de materia y energía con su ambiente para permanecer vivos.


CONCEPTO DE SISTEMA

Un sistema es un conjunto de funciones que operan en armonía o con un mismo propósito, y que puede ser ideal o real. Por su propia naturaleza, un sistema posee reglas o normas que regulan su funcionamiento y, como tal, puede ser entendido, aprendido y enseñado.
Si hablamos de sistemas, podemos referirnos a cuestiones tan distintas como el funcionamiento de una nave espacial o la lógica de una lengua.

Cualquier sistema es más o menos complejo pero debe poseer una coherencia discreta acerca de sus propiedades y operación. En general, los elementos o módulos de un sistema interactúan y se interrelacionan entre sí. En ocasiones, existen subsistemas dentro de un sistema.

En una clasificación de sistemas se distinguirían aquellos conceptuales o ideales, que pueden ser por ejemplo la matemática, la lógica formal o la notación musical y los reales, como un ser vivo, la Tierra, o una lengua. Estos últimos, los sistemas reales, pueden ser abiertos, cerrados o aislados.

Hay muchos tipos y ejemplos de sistemas como los políticos (un sistema democrático), los tecnológicos (el sistema de funcionamiento de un automóvil), los financieros (sistemas de transacciones y mercado), los biológicos (como el sistema nervioso en un ser vivo) y otros.

En el caso de que un sistema tenga la organización requerida para controlar su desarrollo sin que las perturbaciones del entorno superen cierto nivel, se llama “sistema autopoyético”.

La búsqueda de leyes generales para entender el comportamiento de los sistemas constituye la Teoría de sistemas. A su vez, la Teoría del caos es la rama de la matemática y la física que estudia los comportamientos impredecibles de cierto tipo de sistema que puede ser inestable, estable o caótico. Un concepto típico de esta teoría es el de entropía, que estudia la tendencia natural de los sistemas a la pérdida del orden.

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